Has lo que quieras. Eso le había dicho ella después de su última discusión. A él le parecía perfecto, por fin podría hacer lo que quería. Y en este momento solo quería morir. Se dirigió a su habitación y abrió la ventana. Acto seguido saltó por ella directo hacia el pavimento caliente de la calle.
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Se levantó más temprano de lo habitual, aunque no le costó para nada, hace rato que estaba despierto. Miró por la ventana, el cielo estaba púrpura y caían copiosamente las primeras gotas de una incesante tormenta. Metros abajo, en el jardín las plantas recibían con alegría el final de la sequía.
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¿Quieren ir por un helado? – dijo mi abuelo con una sonrisa mientras sacaba unas monedas para comprarnos un frío rico a mi y a mi primo. Subimos calle arriba a la tienda de la señora Cáceres de la mano de mi abuelo. Nuestra ciudad es bastante pequeña, olvidada por el gobierno. Las pistas estaban...
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Era una sensación tan agradable esa brisa marina en la cara, el acariciar de los rayos del Sol en la piel de Gerardo que estaba algo pringada de la blanca arena del Caribe. El escuchar el relajante sonido del mar y de alguna manera sentir el vaivén de las olas. Escuchar a lo lejos los...
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Amanecía en la pampa húmeda. En su eterno periplo por los caminos y rutas del conurbano bonaerense, durante todo un año la Seño, bajaba de un colectivo en un cruce de ruta, para esperar otro. Esas primeras luces bañaban la fría mañana con doradas promesas de un escaso ascenso de la temperatura y la esperanza...
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Me despierto con una horrible jaqueca. Veo mi cuarto completamente desordenado, mis sábanas en el piso, toda mi ropa tirada en un rincón, la alfombra y las paredes llena de lo que al parecer es barro. Me levanté de la cama con un poco de mareo, piso la alfombra, se siente húmedo, y un olor...
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Cuando yo era niña, mi abuela siempre me decía: “Sólo las brujas, las verdaderas hijas del diablo se reconocen entre sí”. Ella lo repetía como la oración de un desesperado, también me lo susurró antes de expirar. Pasados unos meses luego de la muerte de mi abuela, veía cada noche en mis sueños a una...
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Para aquellos que se han perdido en el intento, para los que huyeron de casa, para los que se soltaron en medio de una ciudad desconocida a llorar, para los que se quedaron en silencio presenciando como la juventud se les escapaba en un suspiro. Para los desesperanzados, los pocos entusiastas y aquellos susceptibles a...
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