¿Qué pasa cuando lloras bajo el agua? Con este cuestionamiento, el autor nos introduce a un mundo donde los pesares pueden hundirnos hasta el cuello, o ser lo que nos saque de la cascada, a modo de poema.
Yo, que deseo encontrarte hasta en el más etéreo entierro, me adentro en ese lugar que ya conoces, en el que los muertos balbucean con las estatuas de sus sepulcros. Ellos, amedrentados, yacen pálidos, sus recuerdos lánguidos, porque, a diferencia de mí, sus reacios corazones no pueden reanimarlos.
Un día como otro cualquiera. La gente va al trabajo, a estudiar, hace deporte... Pero, nada nos hace presagiar que nuestra vida está a punto de cambiar drásticamente, en el mejor de los casos.
“En busca de los recuerdos perdidos…” Desde que te fuiste volví a pesar en mí, verme sin vos fue jodido, pensé que nunca iba a superar esto, llore tanto que se me seco hasta el alma, no tenía ganas de nada, me desconocí. Un día me pregunte ¿Para que seguir así?, si vos no queres...