Siempre nos quedamos con los grandes detalles y se nos olvida que hay personas que están aunque pasen desapercibidas y son las que nos alimentan los días.
Conocerse a uno mismo es un ejercicio al que no estabas acostumbrado, pero siempre se puede aprender. Eras ajeno a la capacidad – ¿natural? – que todos tienen de expresar emociones. Fue difícil confesar el abuso de tu padre cuando eras niño, pero lo hiciste. Todavía recuerdo el día por la sensación del sol sobre...