MEMORIES «ACCIDENTE DE AMOR»

MEMORIES «ACCIDENTE DE AMOR»

JEFCIFHO..

04/06/2020

Hoy me siento más triste que nunca, he perdido la noción del tiempo en estas cuatro paredes de mi habitación color pastel y olor a lavanda; los enfermeros entran de nuevo como cada mañana suelen hacerlo, me saludan: – hola Liz, ¿como dormiste anoche?. inconscientemente respondo en mi mente, -Mal, terriblemente mal; fue otra noche incómoda en la que no podía girar mi cuerpo por el dolor de las fracturas ocasionadas en aquel accidente.

La mañana era preciosa y sabía que el clima de invierno era impredecible, pero el frío que hacía en esta época del año siempre mantenía congelado el lago de aquella cabaña familiar en la que de costumbre pasamos las vacaciones de mitad de año; yo me sentía un poco aburrida y nostálgica, supuse que era cosa de la edad; me dirigí a la habitación de mi madre que al parecer había salido, baje a la cocina y encontré una nota que decía: -«cariño, salí a visitar a los Forrest, te hice waffles para que desayunes. pdta: ponte guapa que vamos a cenar esta noche con tu padre, Margaret y su hijo”. Me quede pensando que nunca había visto a Josh, lo poco que sabía de él era por rumores; ya que era el típico niño popular de su escuela, con calificaciones promedio y que se la pasaba rodeado de chicas. Desde que mis padres se separaron, yo me quede con mi madre; Margaret, la nueva esposa de papá venía con paquete incluido de 17 años; no supe cómo, ni cuándo empezó la separación de mis padres pero jamás me afectó; de hecho me parecen una pareja muy madura al haber tomado esa decisión; siempre supe que el amor se acaba en algún momento de la relación y a mis 16 años creía saber que se sentía estar enamorada, pero pronto me daría cuenta de que estaba realmente equivocada.

Los waffles estaban realmente deliciosos, mamá sabía cocinar muy bien, por algo era conocida como la chef más importante de Italia. Encendí la televisión y coloqué en youtube mi lista de reproducción que me sabía en orden, primero una canción de Oasis y luego una de The Fray, mi grupo favorito y así sucesivamente; me gusta la música en inglés, realmente es una ventaja hablar tres idiomas aunque sólo usaba dos de ellos, el inglés y el italiano nativo; el español lo aprendí porque siempre había querido conocer Latinoamérica, así que mi madre me inscribió a cursos de idiomas desde los 10 años, cosa que agradezco. Me dirigí al baño, llene la bañera con agua y sales, me saque la ropa y quede viéndome al espejo, detallando mi cuerpo; a veces me gustaba ver lo guapa que me ponía con los años, mi piel bronceada, mi cabello castaño oscuro lacio, mis ojos verdes esmeralda, mostraban un gran atractivo y mis curvas se acentuaban cada vez más. Era consciente de ser la envidia de muchas chicas en mi colegio, aunque realmente nunca me importo la belleza, sin embargo, no negaba que me gustaba ser el centro de atención de muchos chicos, aunque no había alguno que me interesara en este momento ya que después de haber salido con Frank el niño más deseado por todas en el cole, había sido suficiente; no miento en decir que fue una buena experiencia, pero el gusto mutuo se desvaneció con el pasar de los días y las miradas constantes de todos.

Mamá conducía con gran tranquilidad mientras me halagaba por lo guapa que estaba, bajo el abrigo rosa que me había puesto encima del vestido negro y mis botas de diseñador; transcurrieron media hora hasta llegar al restaurante, papá estaba sentado junto a Margaret, no había rastro de Josh; saludamos, el camarero nos pasó la carta, cuando levanté la mirada vi a un chico muy guapo y elegante de aquel lugar; su estatura de 1.85 metros, cabello negro un poco ondulado, ojos celeste y cuerpo de atleta, se notaba que sus brazos apenas cabían en esa camisa blanca que llevaba puesta, me quede pensando en que colegio estudiaba; mi sorpresa fue mayor cuando sin darme cuenta él ya estaba sentado frente a mí, en la mesa justo al lado de su madre por lo que acaba de escuchar de Margaret; mi madre me empujó con el codo al ver que tenía la boca abierta y había dejado esperando a Josh con la mano extendida al saludarme; rápidamente lo salude, sus manos estaban suaves y cálidas pese al frío del día, me lanzo una sonrisa coqueta que posiblemente conquistaba a cualquier chica, y al parecer conmigo no había excepción. La cena pasó rápidamente; nos despedimos cuando llegó el turno de Josh se abalanzó rápidamente a darme un beso en la mejilla como era costumbre en mi país y yo hice lo mismo, el roce produjo un cosquilleo extremadamente fuerte en mi cuerpo y su fragancia a Hugo Boss se impregnó en mí, como lo había hecho su mirada.

Mamá iba hablándome de lo apuesto que era el hijo de Margaret incluso llego hacer insinuaciones de lo buena pareja que hacíamos; yo me quedé sorprendida y le lance una palmadita en el brazo haciendo que se riera a carcajadas; sin duda sabía en el fondo de mis pensamientos que tenía razón; la música de los Beattles sonaba suave y melodiosamente mientras ella entonaba la canción «while my guitar gently weeps»; me quede observando a mi madre y lo bella que era para sus 45 años, de repente empezó a caer la nieve inesperada y rápida cual tormenta inoportuna, pero extrañamente se veía mágico; mi madre sonreía, yo me sentía plena, feliz y amada por la vida. Aún recuerdo que la curva era cerrada y la nieve impedía ver con gran certeza la carretera blanca; mi madre trato de esquivar el auto que salió tan rápido y de repente, pero su maniobra fue inútil, el roce contra el otro coche fue suficiente para enviar el nuestro cuesta bajo de aquella colina, madre gritó: -cariño sujétate fuerte. Pedazos de vidrios salpicaron en mi rostro, mis gritos de miedo y dolor al sentir crujir mi cadera retumbaron al unísono de los golpes del auto al chocar una y otra vez con el suelo hasta llegar a perder la consciencia. Al abrir los ojos los monitores del hospital sonaban fuertemente; y mis lágrimas se deslizaron rápida y abundantemente al recordar lo que había pasado, mi padre entró con los ojos rojos y me abrazo diciéndome; -tu madre ya no está con nosotros amor. El dolor de mis fracturas y mis heridas se desplazaron a mi pecho y con él se implantó un vacío, odiaba la idea de que mi madre no estaría junto a mí nunca más.

Papà hizo que me trasladaran a su casa, sabía que vivía ahora con Margaret y Josh, a quien por ahora no quería ver; el cuarto era grande y con buena vista, me gustaba el olor a lavanda suave y como todos los días antes de abrir los ojos había un ramo pequeño de flores en la mesita de luz con una nota que decía; «recupérate, tienes que ser fuerte»; los enfermeros siempre fueron buenos y muy profesionales conmigo, al pasar de los días empecé a notar gran alivio en mis heridas físicas, aunque las heridas del alma no iban a sanar fácilmente o quizá nunca, eso no lo sabría. Un día inesperadamente abrí los ojos a mitad de la noche y lo vi allí, estaba sentado leyendo en mi habitación, se veía realmente especial y sexy, al verlo levantar del sofá cerré los ojos y me hice la dormida; lo siguiente que sentí fue su mano tibia sobre mi frente acariciándome suavemente y con delicadeza; mi cuerpo se estremeció aún más que la primera vez desde que lo había conocido; al escuchar su voz susurrándome al oído: – «recupérate, tienes que ser fuerte bella», ocasionó que mi corazón se acelerara como nadie nunca lo había hecho latir, me dejó aturdida, pues mi hermanastro era una caja de sorpresas que al parecer yo estaba abriendo. Tras seis meses de tanto dolor y esfuerzo volví a caminar; la única secuela estaba en mis sentimientos casi evidentes debido a la pérdida de mi madre.

El colegio ya no me inspiraba la misma felicidad que antes, mis amigas trataban de hacerme sentir mejor pero yo prefería estar sola; las cenas en casa eran incomodas, aunque me trataba bien Margaret, puesto que era una buena madrastra y una excelente madre; papá se la pasaba trabajando y con Josh casi nunca nos cruzábamos; un día mientras estaba en el receso de clases vi como las chicas empezaron a rumorear de lo atractivo que era el nuevo estudiante de último año; no me importaba nada ni nadie en ese momento. Mientras estaba sola en la azotea del colegio viendo la ciudad y pensando en los días felices que pase con mi madre. -Puedo acompañarte Liz?, Me dijo esa voz que sabía cómo estremecerme de gusto, al girarme estaba él sonriéndome con su boca y dentadura perfecta; ese uniforme del cole sin duda le sentaba muy bien. Yo traté de sonreír y asentí; pasó un tiempo antes de poder preguntarle porque motivo se había cambiado de colegio. Su respuesta fue: -por ti, no iba a dejarme sola; aparte de mi sorpresa, mi corazón se aceleró de emoción y me sonroje; inconscientemente lo abrace y me puse a llorar sobre su hombro; Josh respondió a mi abrazo y me consoló, sabía que el más que nadie me entendía.

Josh me llevaba a casa todos los días en el auto, hablábamos de las clases, los profesores, las actividades rutinarias y por supuesto de sus pretendientes sin importancia y los míos. Poco a poco fuimos llegando a conocernos mejor, tanto así que un día entro a mi cuarto y me dijo todo lo que sentía por mí;  extrañamente yo también por él, sabía que era mi hermanastro, pero era inevitable no sentir amor mutuo. Ese fue el día en el que después de la muerte de mi madre me sentía feliz de nuevo, sus labios eran suaves y cálidos como él; formamos una relación que acordamos secreta; llegamos a tener  tardes de playa, tardes de picnic, noches de cine y atardeceres juntos.

Una vez finalizado el otoño del año siguiente; llevamos las cenizas de mi madre al jardín de aquella cabaña vacacional, y las enterramos justo debajo del árbol de cerezo que ella siempre había amado; la tarde era fresca y el viento desprendía sus últimas hojas; con ellas también yo desprendía mi tristeza y me despedía simbólicamente de mi bella madre Diana.

FIN

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS