Se que no vas a quedarte, pero quédate.
—En esta maleta no cabe casi nada. ¡Maldita sea!— Ella volteó hacia a mi y no supe qué decir, su cara enrojecida, su respiración agitada, todo indicaba que estaba comenzando a caerse a pedazos. Ella comenzó a llorar, me partía el corazón, aun así guardé silencio, la última sesión de quimio me había dejado somnoliento,...