Carta al amado
A esta gatita aún le quedan muchas vidas por vivir, querido Micifuz. Atrás quedan nuestros viajes románticos por tantos países, haciendo pinitos por los tejados de Nôtre Dame o saatando por las tejas de Neuschwanstein.¡Qué felices fuimos! hasta que llegó la mosquita muerta esa, que te engatusó con sus ojos dispares y su pelo de...