En esta maleta no cabe casi nada; hace un tiempo, esto se habría transformado en un problema… Pronto cumpliría 50 años y por esos días, me había auto convencido que debía poner kilómetros de distancia entre esa vida que dejaba y las sorpresas que me esperaban. ¿Dónde ir?, la respuesta llegaba desde las costas y valles de la región de Coquimbo. Siempre había soñado con esos paisajes que, asociaba con descanso, alegría y mucha paz.

Me compré la maleta más grande que encontré, no le deje ni un espacio sin llenar; me iba lejos y no sabía por cuánto tiempo.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS