club de escritura Fundación Escritura(s)-Fuentetaja
2008participaciones
Viajes encadenados (concurso semanal de microrrelatos) 1ª fase: del 30 de enero al 5 de febrero (hasta las 08:00 h)
2ª fase: del 6 al 12 de febrero (hasta las 08:00 h)
3ª fase: del 13 al 19 de febrero (hasta las 08:00 h)
4ª fase: del 20 al 26 de febrero (hasta las 08:00 h)
5ª fase: del 27 de febrero al 4 de marzo (hasta las 08:00 h)
6ª fase: del 5 al 11 de marzo (hasta las 08:00 h)
7ª fase: del 12 al 18 de marzo (hasta las 08:00 h)
8ª fase: del 19 al 25 de marzo (hasta las 08:00 h)
Él ya estaría tomándose un daiquiri en el Malecón… si no fuese por ella. Las luces verdes en su cabeza se las dejó hace un par de primaveras. Corrió lo más rápido que pudo, nunca las bocanadas frías de aire le habían recorrido la espina lumbar tan eléctricamente, de abajo hacia arriba, tan dentro y...
El veintidós ya es historia,murmure entre dientes, procurando sofocar mi rabia. De que locura me habla mi acompañante? Del olvido de la maleta en el ártico? De la huida sin pagar de la gasolinera, con el café con leche queriendo salir de mi estomago por terrible corrida hasta el auto? O de las veces que...
Él ya estaría tomándose un daiquiri en el Malecón. Estaría con su elegante chaqueta, su rólex en la muñeca, y un teléfono de última generación, impresionando a las jineteras de por allí. Ella ya estaría observando a los animales salvajes en el amanecer de la sabana. Reiría desde el jeep, coquetearía con el guía y...
-A esta gatita aún le quedan muchas vidas por vivir –, me dijo aquella mujer encolerizada, mientras zarandeaba su escoba hacia mí con malas intenciones. Si esta gata hablara… Furiosa por dentro estoy, pero con una furia traviesa. Acompañada por la luz de la luna, me gusta rondar por solares. Deambulando por los tejados vislumbro...
A esta gatita aún le quedan muchas vidas por vivir, dijo ¿qué es esto?, ¡y se respondió! No soy ninguna gatita y tampoco es que tengas muchas vidas, simplemente es una situación para la cual no existe solución probable y tengo que vivir con ello. Al otro lado del charco, volveré a iniciar una nueva...
—Lástima que no haya billetes para maniquíes —dijo Alberta con envidia y odio a su antigua compañera de grado—. Tendrás que viajar en el tren de carga, si es que quieres llegar. Eleonora tenía que llegar a Madrid para su presentación en el Salón de la Moda, donde se jugaba su futuro. —Si es así,...
Lástima que no haya billetes para maniquíes, pero no importó, soy un jodido excéntrico y alquilé un jet privado para llevar mis maniquíes a París. Mi exposición»La Ciudad de los Maniquíes» prometía. Senté a cada uno de ellos en un asiento, pero, lo mejor del viaje fue descubrir que, no se diferenciaban mucho de algunos...
Te regalé una bonita sonrisa de Joker cuando me dijiste que no me acompañarías a nuestro viaje a Cuba…Una excusa más para poder irte con una de tus tantas amantes como solías hacer sin que el sentimiento de culpa fuese contigo. Aunque esta vez no me importó, pensé mientras aquel moreno de ojos almendrados, labios...
Te regalé una bonita sonrisa de Joker mientras planeaba como desaparecer. Siempre fui un pésimo actor, pero en esta oportunidad tengo la certeza que no lo has detectado. No te veré más y eso es un alivio. La carretera, el silencio de la noche y sus apaciguos encantos, me han permitido reflexionar. Te amé, pero...
Pensé mientras el coche se lanzaba contra el muro: -No quiero morir! Y sin saberlo, mi tiempo comenzaba a correr su última carrera, el silencio se despedía a gritos ahogados de la noche, mientras mis miedos retorcían sin piedad la delgada línea de cordura. Y aquí estoy, escuchándolos, viéndolos… aunque ellos no me ven. Y...
A esta gatita aún le quedan muchas vidas por vivir. Deambula siempre bajo luna llena, sobre el tejado de las casas, no muy lejos de estos cerros. Algunos le ven las tripas, otros ven una silueta de seis patas. Ella camina desde lejos, siempre destripada, en busca del científico; que para algunos está demente, para...
—Lástima que no haya billetes para maniquíes… El muchacho repetía y repetía esta frase como un mantra. O un conjuro, porque cada tanto decía: — ¡Cien palabras, cien palabras! — ¡Dios! Hay doscientos pasajeros en el avión, y me toca al lado de ¡este trastornado! Que por cierto ¡qué guapo es! Ma sí, yo le...
