club de escritura Fundación Escritura(s)-Fuentetaja
2009participaciones
Viajes encadenados (concurso semanal de microrrelatos) 1ª fase: del 30 de enero al 5 de febrero (hasta las 08:00 h)
2ª fase: del 6 al 12 de febrero (hasta las 08:00 h)
3ª fase: del 13 al 19 de febrero (hasta las 08:00 h)
4ª fase: del 20 al 26 de febrero (hasta las 08:00 h)
5ª fase: del 27 de febrero al 4 de marzo (hasta las 08:00 h)
6ª fase: del 5 al 11 de marzo (hasta las 08:00 h)
7ª fase: del 12 al 18 de marzo (hasta las 08:00 h)
8ª fase: del 19 al 25 de marzo (hasta las 08:00 h)
El veintidós ya es historia. Recuerdo saludar a su chófer cada tarde. «El Pulga» le decíamos, por cómo te hacía saltar. Un hombre misterioso; nunca nadie lo vio fuera del colectivo. Algunos borrachos aseguraban que su cuerpo era parte de la misma maquina, otros afirmaban que no sabía caminar. Los demás, elegimos acostumbrarnos y no...
Su barba y su melena expuestas al viento del secador de Benito, se compara con una brisa caribeña. Observa el cartel: “Bienvenido”; no recuerda haberlo visto antes, solo decía:“Barber-shop». Belinda le ofrece una taza de café y él sonriendo da las gracias detallándose en su colgante grabado con el nombre:-“Bartolomé”- Suena su móvil. Llamada entrante...
El veintidós ya es historia, historia de dos los náufragos, Capi y Cata su gata angora, perdidos en el mar, con una brújula extraviada y por destino de Dios o, del diablo, lejos de casa. En ésta apuesta por la vida, en un alucinante momento, Cata se dispuso sobre la proa y entre sus orejas...
Te regalé una bonita sonrisa de Joker y me alejé de tu lado arrastrando tras de mí mis pocas pertenencias y una maleta colmada de recuerdos, dudas, preguntas no contestadas… Era tarde para remover nuevamente un «pasado» tan próximo, tibio aún pero vacío de expectativas. Crucé la calle, detuve un taxi y no supe adónde...
—Lástima que no haya billetes para maniquíes—, señaló desilusionado. —¿Maniquíes? Te pedí entradas para ver los manatíes, viejo sordo. —Este parque acuático no es lo que esperaba— protestó la anciana. Don Manuel no le prestó mucha atención al regaño de su mujer. Su mirada seguía con disimulo el contorneo de un diminuto bikini que caminaba...
Lástima que no haya billetes para maniquíes, pero no importó, soy un jodido excéntrico y alquilé un jet privado para llevar mis maniquíes a París. Mi exposición»La Ciudad de los Maniquíes» prometía. Senté a cada uno de ellos en un asiento, pero, lo mejor del viaje fue descubrir que, no se diferenciaban mucho de algunos...
El veintidós ya es historia para esta peregrina, ahora solo queda seguir, no sirve de nada recordar lo sufrido ayer si no le impulsa a continuar hoy. El cuerpo le advierte las consecuencias de largas horas de recorrido, la espalda se resiente por el peso y el alma en ocasiones se evade. Pero no cavila...
Pensé mientras el coche se lanzaba contra el muro, -vaya hostia se ha dado !!!!!!!! mientras le caían encima los enseres, producidos por el accidente, que fué de gran envergadura. Le llevaron al hospital, no había visto el muro mientras enseñaba a su marioneta de peana, el embarcadero. Iban a dar una vuelta en barca,...
-¡Hola! Este término lo reproducimos habitualmente cuando nos encontramos con alguna persona conocida en la calle. Pero, ¿dónde queda recogido el significado de dichas grafías? Es cierto que el lenguaje verbal se asocia a sonidos, los cuales se pierden una vez reproducidos. La comprensión del mensaje viene determinado por la sociedad, concibiéndose esta como un...
Lástima que no haya billetes para maniquíes, ya que observo como ansías las aventuras que escribes, pero no las vives. Sanar todo este dolor que padezco, mientras inmóvil permanezco. Dejarte viajar libre y grácil como antaño y yo poder subir a cielo, es todo cuanto anhelo. Olvidaré esta horrible travesía cuando desde arriba empuje tu...
A esa gatita aún le quedan muchas vidas por vivir —pensaba— mientras ella saltaba por los tejados, y yo, desde mi ventana, observando cómo las bombillas de los postes le abrían huecos a la noche, accionaba el encendedor —un par de bocanadas antes de emprender el viaje—. Mi maleta siempre va liviana, no quiero que...
Su barba y su melena expuestas al viento se sacudían como peces atrapados en redes. Sus ojos velados lamentaban no pode hacer más. Legañosos y congestionados, se esforzaban por soportar la intensa luz. Sus piernas rígidas y entumecidas, ahora aprendían a caminar de nuevo. Su cuerpo, paralizado durante tanto tiempo, volvía a ser usado. Mientras...
