Su barba y su melena expuestas al viento, esa fue la última imagen grabada en mi retina, antes de verlo desaparecer bajo el inquieto horizonte. Nunca supe de dónde venía, y en realidad, ni siquiera podría decirte si alguna vez estuvo aquí. Fueron ocho semanas creando encuentros, a través de viajes encadenados, con nombres y lugares nacidos de cien palabras. Sin embargo, ahora, llegado el momento, todo se esfumaba arrastrado por otra realidad repleta de incertidumbres. El mundo cambió de repente, comenzamos una extraña cuarentena encerrados entre cuatro paredes.

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