Su barba y su melena expuestas al viento, así recuerdo su imagen, libre de ataduras y desasosiegos, cuando partió de aquí sin mirar atrás.

Dijo que regresaría cuando encontrara la respuesta a sus cavilaciones, cuando hubiera recorrido el mundo y ahorrado suficiente para echar raíces, dijo eso…

Han pasado treinta años, la vida ha cambiado en este lugar, han partido muchos, han llorado otros, han crecido los entonces niños, hemos envejecido.

A lo lejos una sombra se acrecienta ante la cercanía a paso lerdo, aquí está, ha vuelto, llego como se fue… la melena al viento y las manos vacías.

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