El crimen imperfecto

El crimen imperfecto

Él ya estaría tomándose un daiquiri en el Malecón, si Rolo no lo hubiera convencido de festejar antes de «terminar el trabajo»… No le había quedado otra que matarlo, antes que cometiera otro error que los pudiera descubrir. Iba a esperar a la perfecta oportunidad. Pero Rolo se le anticipó y trató de acuchillarlo. Dos balazos y así como comenzó, todo terminó rápidamente. Seguro que los vecinos escucharon los tiros. No había tiempo de deshacerse de dos cuerpos. Por suerte, ya habían guardado la plata que estaba bajo el colchón de la vieja. Ahora a correr.

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