Su barba y su melena expuestas al viento, así el viejo loco del barrio partió en su moto antigua, a recorrer las calles. Aunque un poco enfermo y con sus achaques ya no se lo ve muy seguido por las calles, pero una noticia lo movilizó, un cuento chino,afirmó, no me paro ni la segunda guerra mundial, en mi niñez, me va a parar un bichito invisible.

Sintió que alguien se adueñaba de su libertad, y su terquedad fue más fuerte que su cordura, a máxima velocidad olvido el fin del camino, parecía tener alas al final de la montaña.

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