-A esta gatita aún le quedan muchas vidas por vivir.

Dijo Anita a su padre, mientras abrazaba al felino, que acababa de salvarse del inesperado encuentro con un auto.

La gata saltó y se perdió zigzagueante entre los árboles.

Anita quedó mirando como se alejaba, luego se volvió hacia su padre y preguntó.

_ ¿Porqué Dios nos entregó solo una vida?

El hombre tomó su mano respondiendo dulcemente.

_ Fue para que le demos valor, para que la disfrutemos con alegría, amor y responsabilidad, sin obsequiársela al azar en cada esquina. Si la vives intensamente y feliz, con una alcanza.

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