El veintidós ya es historia. Ese fue el año en el que emprendí mi viaje. Inconsciente en el origen, era un bulto llorón en brazos de mamá. Huía del frío de los Urales, con papá y una maleta. Recorrimos la Europa de la postguerra y la preguerra. En ese paréntesis nací, entre la guerra y la paz.

Quiso la fortuna que en el 36, también lejano, papá estuviera trabajando en los Alpes, las montañas nevadas me acompañaron en esa peculiar adolescencia. Y a mediados del 39 llegamos a los Pirineos. De cordillera en cordillera transcurrió nuestro viaje, eludiendo metralla inconscientemente

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