Te regalé una bonita sonrisa de Joker mientras subíamos todos al autobús, de camino, al desfile de comparsas. Todos de Joker vestidos, todos sonriendo encantados. ¡Qué ironía! Se escapan las mentiras por las costuras de tu disfraz, también por los ojales vigilantes y temerosos de que descubra los preparativos de tu huída con él.

Al sentarme a tu lado, buceo en mi bolsillo para asegurarme una vez más, que está la navaja. Después del desfile, me digo

Imagino que la sangre, tus gritos, pondrán otro color a la fiesta…

Suena el ruido del motor como una señal de salida.

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