Te regalé una bonita sonrisa de Joker grabada en un cristal al flúor, para que no desapareciera tan fácilmente de tu vista y cada vez que llegaras a la oficina la observaras y temieras por tu vida.

No me dejaste nada perra, me vaciaste los bolsillos y las cuentas. – Ni aguantas nada, solo fue una aventurilla – Recuerdo que dije buscando tu perdón, pero te valió madres, ganabas más con el divorcio.

– Disfruta tu aventurilla – Dijiste sonriendo burlona – ¿Que haré sin ti? – Pregunté apelando a tu lastima – Échale ganillas – Contestaste y te marchaste.

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