Pensé mientras el coche se lanzaba contra el muro, no era sensación de bronca, tampoco de nostalgia, era la última oportunidad de mi vida, el grito final o sólo un grito para arrasar con todas las injusticias de este país que quiero tanto, y que insiste en dejarnos fuera. Atrás nos dice y nos empuja hacia el abismo, ese abismo indigno de los que engañan, los que manipulan, los que mienten. No quiero ese presente tan absurdo. El auto finalmente no chocó, desapareció, preferí eso antes de estrellarme, antes de resignarme, tengo tantos sueños maravillosos por vivir!

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