Pensé mientras el coche se lanzaba contra el muro impulsado por un niño de siete años: “No recuerda nada”.

Afortunadamente, no lo recuerda.

Era endemoniadamente pequeño y no recuerda cuando el coche de sus padres se lanzó contra el muro con violencia. Porque su padre había perdido el control. Porque su padre discutía con su madre mientras él dormía en el asiento de atrás.

-Tío, mi coche de juguete se ha roto contra el muro.

-Tranquilo. Solo es un juguete. Compraremos otro.

-¡Vale!

Ríe y vuelve a jugar en el viaje imaginario de su coche.

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