Pensé mientras el coche se lanzaba contra el muro que lo podría atravesar sin dificultad y así fue. Los ladrillos cayeron sobre el coche y lo estropearon bastante pero el cajero del banco quedó al descubierto. Cuando fui a salir del coche, me di cuenta que la puerta ofrecía resistencia. Con el golpe se había bloqueado. Por mucho que forcé no conseguí salir. Estaba desesperado. Empezaron a venir primero curiosos y luego la policía, los bomberos, una ambulancia…Consiguieron sacarme del vehículo, me llevaron al hospital. El coche estropeado, mi maniquí intacto, mi maleta vacía y yo… repleto de impotencia.

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