Pensé mientras el coche se lanzaba contra el muro: -No quiero morir! Y sin saberlo, mi tiempo comenzaba a correr su última carrera, el silencio se despedía a gritos ahogados de la noche, mientras mis miedos retorcían sin piedad la delgada línea de cordura. Y aquí estoy, escuchándolos, viéndolos… aunque ellos no me ven. Y están tristes, se abrazan, me nombran, pero no dejan de llorar. Casi hasta parece un velorio! Y ese cajón? Acaso estoy yo en él? Qué debo entender? Por qué no puedo estar en mí? Dónde estoy si no estoy?

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