Pensé mientras el coche se lanzaba contra el muro que yo tenia razón y que parar en la gasolinera era una estupidez. Todo por tu capricho absurdo de Toblerone.

A la mierda tantos años de mentiras, miradas furtivas y encuentros en lugares olvidados para que tanto asco no haya merecido la pena.

Nadie sabrá qué ha ocurrido realmente y tú podrás retomar tu vida en el punto exacto donde decidiste cambiarla.

Incluso bromearás sobre el estúpido ladrón que se dio a la fuga en un vehículo con una mujer dormida en su interior.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS