Me perseguía, todo su ser me perseguía. Era difícil quitarme la idea que tenía en la cabeza, necesitaba liberarme, asesinar ese alma que tanto odiaba.

Afortunadamente estábamos solo nosotros dos en casa, indicando la mañana perfecta.

Con sigilo acomodé la aguja en el vinilo, y sonó indicando el comienzo del final del todo.

Sus caderas se contoneaban suave junto a las mías, cerré mis ojos y poco a poco, acercándome al balcón con ella, su vestido envolvió mis pies. Caí por el rascacielos, matando a quien más odié.

Abajo estaba ella llorando a la persona que yo asesiné.

BY:NICOLE CELEITA

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