En esta maleta no cabe casi nada. Los por si acasos, las viejas excusas, y las posibilidades que disfrazan de previsión la ausencia de arrojo, no encajan en el viaje. No sin dificultad, la cremallera cierra un adiós. Helena sabe que no será la misma cuando vuelva. ¿De que valen los ropajes con los que habitualmente se presentaba ante los demás? Atreverse. Caminar descalza por las tierras inexploradas, dejándose acariciar por el viento del cambio y volver vestida con nuevos hallazgos y la piel bronceada por la aventura. El camino, está servido.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS