¡En esta maleta no cabe casi nada! Si ellos supieran… En mi gastada maleta, viajan recuerdos eternos, amores imposibles, océanos inmensos y diminutos lagos, caminos sin acabar y senderos desconocidos que aguardan mi llegada. A menudo conviven un par de pantalones, cuatro camisetas, algún por si acaso y el cepillo de dientes. Si hace frío, una cálida chaqueta. Si el mar es mi destino, el bikini. También llevo consejos que no uso: ten cuidado con el dinero, no hables con extraños, no salgas sola por la noche… éstos regresan intactos. Como souvenir, siempre traigo lo mismo: la promesa de volver.

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