En esta maleta no cabe casi nada, solo esto que no sé cómo llamarlo. Ya he vaciado el miedo de mis vestidos, la soledad de mis medias y la asfixia de mis collares. Me quedaré solo conmigo, aunque quizá guarde lo mejor de algunas otras cosas, si es que se puede; como te dije, en esta maleta no cabe… Me marcharé yo primero, sin un sendero fijo. Haré mi camino al andar, y golpe a golpe, o quizá, verso a verso, iré reencontrándome con lo que soy. Tal vez, al final de esta travesía, sepa qué es esto que llevo.

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