Hasta que la muerte nos separe

Hasta que la muerte nos separe

En esta maleta no cabe casi nada. Hasta que la muerte nos separe. Así lo prometimos.

Tu codo puntiagudo es lo que más me esta costando. Ese codo que tanto me molestaba cuando caminábamos por la calle y me obsequiabas con un codazo en las costillas. ‘Fíjate en el peinado de la Loli esa,’ me susurrabas al oído, con ese aliento a cebollas encurtidas que tanto te apasionaban.

Me siento encima de la maleta, un ligero crac y ya está.

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