La niebla moja el cristal y tiembla y se arrastra y luz ahoga, y una manada de nubes se desata y huye y pinta en el aire las crines de un corcel, y el tren para. Sus puertas, batallas de codos furiosos. ¿Esa prisa por llegar?

Deseo otro viaje, de diligencias, de caballos que choquen con molinos, de polvo, de piedras, de caminos; de días, semanas, a destino, o no llegar. Nubes paradas en pupilas. Noches llenas, heridas de amores arrugados, en cartas de papel. Estrellas, todas.

Y aventuras.

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