Querida N.P.,
quería decirte que han asaltado mis sueños de la noche anterior numerosas imágenes, seguramente inducidas por el atracón de guías de Lisboa devoradas en los últimos días, y que apenas pude disfrutar de lo que podría calificarse de intento de sueño reconfortante. Me ví en aquel andén despidiéndome a solas de las ilusiones que habíamos vertido en nuestra primera escapada juntos. Que hubieras aparecido habría ayudado en gran medida a llevar a cabo nuestro plan de viaje.
A solas,
J.R.
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