Rompiendo las reglas de lo acordado, llegó, con el olor a tierra mojada y la fina lluvia que inundaba las calles de la ciudad, con sus coches, abriéndose paso por sus turbias aguas. Tú, el irresponsable aventurero, libre para vivir nuestros sueños y yo, la capitana de un bote que hacía aguas en buen puerto. Deseé trepar hasta aquella plataforma, del árbol mas alto de la reserva natural de Ágape. Formar parte del momento, cobarde, te guarde en el cajón secreto, allí donde encerraba los sueños.

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