No concibo mayor felicidad que haber sentido,
por eso no te voy a hablar de los kilómetros que cargo a la espalda,
eso le resquebraja a cada uno de una manera distinta.
Sólo te pido que tiembles,
ponle tu nombre y tus huellas:
cambia el ritmo de vida,
y siente el alma como quien encalla después de una tormenta.
Sé quien quieras ser,
que el mundo necesita espíritu,
no caminos:
alguien capaz de atravesar la selva.
Eres tú tu propio abismo
y tu propio vértigo.
Dé
ja
te
ca
er.
Ahora es el momento.
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