Tormenta de cigarrillos se escuchaba aquella noche, la vida de un borracho contando los pitillos, solo eso podía contar. La bebida era un dulce combustible que apresuraba la muerte y reiniciaba la vida; uno mas se decía y tomaba quien sabe cuantos tragos; y ahí aprovechando la vida al máximo se sumergía en la esperanza, en bebida, en amor; solo ahí en esa banqueta recordando vidas pasadas secretos eternos y respuestas eternas, solo ahí encontraba la inmortalidad.

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