Si ahora estuviera en Finisterre otra vez, medito en clase, podría subirme al faro y admirar el mar infinito, feliz por haber llegado.
Si volviera a hacer el Camino de Santiago, llevaría a mis mejores amigos del brazo, Just breathe de Pearl Jam en el mp3, la ropa cómoda ordenada en la mochila y el corazón preparado para aprender con cada paso.
Quizá nunca volveré, pienso por un momento, pero no tengo nada mejor (por ahora) que los sueños, así que sonrío y mejoro mis recuerdos con imaginación.
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