Se vendieron millones de ejemplares de aquella guía. Gané dinero y obtuve fama. Decían que entre sus páginas se encontraba la esencia de la ciudad y el carácter de sus gentes. Las descripciones de los monumentos se leían en las facultades de periodismo como ejemplo de literatura de viajes. Lástima de aquel restaurante cerrado hacía años en el que yo aseguré haber cenado, mientras la primavera pasada tomaba notas para la última edición.

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