No siento nada, ahora no siento nada.

Mi madre a la mujer que amo con todo mi ser se encuentra muerta de la peor manera posible, sus ojos verde esmeralda ya no me miran, que egoísta ha sido mi padre al comérselos y no dejar que esta niña de 9 años los admirara con tanto amor por ultima vez.

Ahora no siento nada. Mi padre cocina a mi madre, disfruta de ello, admira su obra y ¿yo? muero por recordarla; Que dulce es mi madre, única e inigualable. Suave y tierna es, el sabor que tiene ella.

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