El interraíl que no hice. El viaje a Roma en la caravana que no compré. Las Islas Griegas y su mitología. La tierra de hielo y sus volcanes. Han sido mis viajes soñados. Pero hay un lugar especial en el mundo que es mezcla de tres culturas. Santuario de religiones, misterio y fanatismo. Con el alma desnuda, las manos libres de odio y llena de emoción, viajaré a Jerusalén y recorreré sus calles vacías para sentir el influjo de lo que ocurrió hace más de dos mil años.

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