Otra tarde de rutina.
Caminé por la explanada del andén, pero no sucedió.
Regresé a mi hogar y pensé, imaginé, que debía suceder.
Volví al día siguiente y rehice mis pasos anteriores. No ocurrió.
Cada día de la semana fui allí y nada se produjo.
Los trenes llegan, se detienen y parten uno tras otro.
No acontece nada.
Me sobrepongo a la tristeza, vuelvo tras una semana.
Ha pasado el verano, las horas y los meses.
Voy cada tarde al andén.
Y nadie me invita a subir, no será este el viaje que haga.
OPINIONES Y COMENTARIOS