Saboreé la uva del racimo sin ninguna expectativa, lo básico: saciar mi sed ¡qué viaje realicé en el agujero de gusano! Llegó un leve temblor, un suspiro me erizó ¡una niña en la sala de su casa! El sonido del agua chocando las lozas, el televisor de papá con su canal favorito.

Nada de tecnología o evolución de la ciencia, sin hipnosis, mis sentidos…una inocente conspiración natural con biología, chocaron y coincidieron: la adulta, la niña, la misma persona que se le antojó esa tarde: una uva.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS