Si te miro eres ridícula, si te escucho estás llena de vida. Si te vuelvo a escuchar eres un glorioso ser humano y entonces sólo espero que vuelvas, y que yo esté a la altura. Porque he visto un estilo, un universo que se va desplegando ante mis ojos. Qué ciego estaba antes de oírte, y qué lejos yo de la verdadera vida. Quizás a ti te ha ocurrido algo parecido. Nada ha terminado. Continuemos con el próximo comienzo. Somos reyes y reinas del silencio, y las palabras son nuestras.

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