Las luces se prendían de manera intermitente, lo vi cuando me asome a la ventana, todos en un gesto de agradecimiento con el personal medico del país, aplaudían y agitaban los brazos.

Puse mi agua de panela y un trozo de pan, sobre sobre la mesa, era todo lo que tenía para cenar esa noche pero sin pensarlo mucho, abrí de par en par la puerta del balcón y salí al encuentro de un sonido que parecía tener eco a kilómetros de distancia, junte mis manos elevadas al cielo, aplaudí con fuerza mientras de manera involuntaria y por pura emoción lloraba. Deje de pensar por un instante en mis problemas, en las cuentas por pagar, en el miedo y la incertidumbre, por un instante, mañana será un nuevo día.

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