11 de mayo, es la próxima fecha, ¿pero quién cuenta los días?

Ya no cuento los días. Cuando ya no me preocupo por mi tiempo libre, empecé a desistir de mis grandes planes, de las grandes expectativas y abrí los ojos hacia lo que siento correcto en este momento, y decidí ir a mi propio ritmo.

En el mar la vida es diferente, la vivo según las mareas, la arena en mis pies, según la corriente,siguiendo el sol. Pero aquí en la ciudad se vive según la velocidad del articulado, de tu horario laboral, de cuantas clases tienes al día y de qué tanto dinero lleves a casa.

No hay diferencia si es tarde o temprano, si es allá o acá, porque lo que realmente sucedió es que dimos por sentado muchas cosas, nuestra libertad en todos los sentidos.

Hablo por mi cuando digo que no era consciente del aire que respiraba, de aquel aire que sutilmente recorría mi cuerpo, ¿tan solo eso?

No, no es todo, ¿te acuerdas lo rico que se siente abrazar a alguien sin preguntarse si puedes o no puedes?, ¿si estarás bien después de eso? porque yo sí me lo pregunte y lo di por sentado, di por sentado los latidos de las personas que me rodeaban de los ojos que me miraban de las risas que me llenaban de vida. Dimos por sentado que todos tenemos huesos hasta la tierra, y que también siente que cualquier decisión nos afecta de sobremanera.

Pasamos de bromas, de chismes de reuniones a no decirnos ni un hola, de cruzarnos de calle si alguien mas viene caminando hacia nosotros, desconectamos nuestros corazones aunque virtualmente finjamos que estamos, que estamos conectados a la nada. Muchos de nosotros tenemos corazones robados como tambien muchos que duermen sin tregua.

ignoro la radio como el mundo me ignora a mi, cero mensajes de corazón a corazón en instagram, facebook o whatsapp. Porque, de qué sirve una publicación de comida o de vanidad, si nuestra alma no esta como debiera estar, si no pensamos en que pasa en el mundo del otro.

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