No encierra más belleza un poema
que aquel surgido de la más honda pena… 

O aquel que depende de un primer amor…

O del que genera la naturaleza.

O un olor.

El olor de algo que un día nos hizo feliz…

O desgraciados…

O de aquel momento que nos marcó

y dejó huella, para mal o para bien…

Otros que, a veces, desgarran el alma

y otras arreglan el mundo…

Hoy es la congoja que ahoga,

que oprime por lo que ignora…

Hoy el poema nace del dolor,

de la tristeza, de la impotencia, del amor

y, por supuesto, de la esperanza.

Surge en cada aplauso, cada sonrisa;

cada canción «encantada» desde una ventana o balcón

enredándose en el aire recorriendo almas y calles…

Espontáneos y “pequeños-inmensos detalles…”

Son un “gracias de corazón”

Y son un «no estamos solos»

Poesía es una lágrima

Es puramente emoción

y, en estos duros momentos,

el mundo se ha hecho poema:

el que formamos tú (todos) y yo.

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