El muro

Un día en el muro aparece la puerta. Jura que nunca estuvo allí, ni antes ni después del encierro. Ha mirado tras los vidrios tantas veces y solo ha visto el revoque amarillento. Ahora esa puerta desconcierta su mañana. Con inquietud, algo más tarde, descubre la ventana sin rejas. Tampoco estaba. Y como si una mano invisible dibujara en carbonilla, va apareciendo a la izquierda otra ventana … Y un cantero, y, enseguida y rápidamente, unos malvones. Y al costado, ya en la vereda, un fresno que sacude sus hojas con la brisa matinal. Entonces se sorprende viendo cómo se abre la puerta y alguien igual que él, apenas esbozado, con su mismo sombrero y su mismo bastón, se asoma con timidez, y paso a paso, sin premura, empieza a caminar hacia el parque, pensando quién será ese incrédulo que lo atisba desde la ventana de enfrente.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS