Carlitos escucha, recuerda y observa

Carlitos escucha, recuerda y observa

Carlitos recuerda haber oído que, un virus, en China, empezó no siendo nada, pero que ya mataba a mucha gente. Que el virus llegó a Alemania y, con un turista alemán, a La Gomera. Que también llegó a Italia, donde declararon estado de emergencia.

Oyó, en febrero, que otro turista, italiano, lo trajo al sur, y clausuraron el hotel Costa Adeje Palace, por quince días, con setecientas personas dentro.

En esos días, habla con su profesora:

 ̶ Carlitos, tú no has pagado la excursión turística.
 ̶ Mi madre no me deja ir, Señorita.
 ̶ Por qué, Carlitos.
 ̶ Dice que me pueden contagiar el virus, Señorita
 ̶ ¡Eso es una tontería! -replica la profesora-. ¡Si no vas a la excursión, te bajo la nota!

En marzo comenzó la sangría: el ocho, había 589 contagiados y 13 muertos; el trece, anuncian el estado de alarma, había 4200 contagiados y 129 muertos.

Once días después, Carlitos observa cómo su padre sintoniza la radio:

Al día siguiente, Carlitos, en el balcón, oye a su vecino, el doctor don Francisco, hablar con su esposa; le dice:

 ̶ La Universidad de California, encontró que el 85% muestra anomalías en los pulmones. También puede afectar a corazón, riñones, hígado, cerebro y llegar hasta el recto. Eso durante la enfermedad.
“En Hong Kong, encontraron que algunos de los curados, jadean cuando caminan un poco rápido, que merma casi un 30% su capacidad pulmonar, y dicen que la fibrosis podría ser una secuela. En Wuhan, les encontraron, por escáner, una nube de aspecto lechoso y transparente en los pulmones. Esto después de la enfermedad.
“A largo plazo no se sabe. Recomiendan evaluar el daño pulmonar permanente, incluyendo fibrosis pulmonar -en la que es difícil respirar -, como se vio en los casos graves del síndrome SARS y en el MERS, con los que presenta similitudes, y en los que se da un 33% de fibrosis pulmonar…»

Carlitos entra para mirar la página Facebook de su prima:

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