LAS CALLES

Una anciana toma una aspirina después de soportar las trágicas calles de la ciudad; descansa agotada en el sofá. Dos horas más tarde regresa a las calles. Su erario está exhausto de dinero. Ya no es el mismo trajín, ahora es las bulliciosas calles donde el señor te abandona en un montón de ladrones. Apenas queda sola en la calle, los ladrones se convierten en pesadilla, hasta que un hombre de buena fe lo ve, la ayuda, y

la deja en un taxi. Se queda sola con sus latidos acelerados; el montón de ladrones reparten otra vez el fruto de sus fechorías, es cosa que a nadie le importa, hasta que su anciano esposo lo encuentra, la anima, y la deja en su hombro convertida en un mar de lágrimas. Luego la lleva a su cama, y en el acto acaba su vida.

FIN

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