Puto chocolate.
Tiempos raros y convulsos. Pero siempre fueron así.
Siempre buscando y buscando y nunca se llena el vacío de dentro. El agujero negro o a veces azul como el universo.
Leo libros de autoayuda, hago cursos de eneagramas, self compasivo, autocuidado, oigo y oigo post de espiritualidad.
Y luego compenso con libros banales, series banales, colorear mandalas.
Meditar.
Imposible hacer yoga. Nunca me sale en solitario. Así que limpio y coloco la ropa que plancho subiendo y bajando las escaleras de la casa.
Auto cuidado igual a chocolate.
Comer instintivo igual a beber vino.
Ni idea de porqué necesito comer chocolate en mi vida. Ni idea de como despertar espiritualmente y sin vino. Soy una inepta espiritual. Una analfabeta porque no lo entiendo.
Y esa cosa en el estómago como una lavadora. En bucle.
Así que solo queda soltar y confiar.
Cerrarán las fábricas de chocolate por falta de materia prima y moriré.
A lo mejor el chocolate es antiviral y me salva la vida.
A lo mejor me obliga a escribir.
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