Queridos lector@s,

Se puede parar un país? El mundo? Se puede confinar a un tercio de la humanidad? La idea la verdad es que da un poco de vértigo. Es como subirte a la lanzadera de la Warner, a la que subí medió forzada por mi hermano cuando cumplí los 40; si no morí de un infarto entonces, no creo que lo haga ahora.

Hoy en la calle el silencio era más atronador si cabe, en sentido metafórico claro. Insisto en que lo que estudiábamos se quedaba tan lejos… cuando leo en los titulares de los periódicos

“Sánchez paraliza el país” me viene a la memoria la Gran Depresión en Estados Unidos. Según un conocido psiquiatra el hombre se caracteriza por su capacidad de adaptación y supervivencia, veámoslo así. Mientras tanto vivimos intensamente la convivencia familiar y cuando salimos al exterior nos encontramos un panorama desconocido y estremecedor. Cuando veo los coches funerarios circular por el barrio no puedo sino acordarme del chiste de Mafalda,

porque al contrario que los furgoncitos 💲que tanto gustaban a Manolito, estos furgoncitos no tienen nada de sexi.

La mirada de las personas empieza a reflejar desesperanza, por eso hoy he puesto a todo volumen One Day More de Los miserables y tengo ganas de ver la película de las Trece Rosas de las milicianas de la Guerra Civil. Yo no sé, si porque los últimos libros que me he leído se sitúan en esa época, o porque mi hija está a tope con la Guerra Civil en la EVAU, pero hoy sólo me ha faltado poner la bandera republicana en mi terraza y me he encontrado haciendo la cama con el puño en alto.

Mientras tanto sigamos rezando a la Santa Wifi, que es sin lugar a dudas la sustituta de La Macarena en Triana.

Cerramos el día y mañana más.

Gracias por seguir ahí.

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