Noches en blanco.

 Sólo en mi laboratorio observo la figura, girando y girando delante de mi. Me quemo las pestañas  mirando la estructura girando y girando, hipnotizado y buscando respuestas.

Se impregnan las siete capas de mi retina con ésa esquiva mezcla de aminoácidos bailando y riéndose delante de mi. Si, ya tengo pseudopercepciones y «hablo» con los aminoácidos mirando con mi potente microscopio electrónico que tienen la solución a ésta catástrofe.
Sé que la solución está delante de mi pantalla del ordenador: un fármaco que bloquee la proteína Spike  del  bicho.

Me calzo otro café desinfectado con Licor 43. No me matará el COVID, sino la cirrosis, pero moriré cantando   canciones  regionales de elogio a la amistad y el hígado hecho un estropajo.

Una molécula, un fármaco «milagroso» que impida que el COVID19 se ancle, se agarre a la célula epitelial del pulmón y a su receptor ACE/2.

Paso las noches en blanco, esforzándome para que la la genialidad me pille trabajando. En la epidemia de peste bubónica de 1899, Yersin y Kitasarto trabajaban días seguidos delante del microscopio, buscando la Yersinia. Hasta que lo lograron. Era Siberia, hacía un frío terrible, pero nunca se rindieron.

La actual pandemia del beta coronavirus de Wuhan ( COVID-19) está mediada por un virus RNA monocatenario,  es un virus «grande», de 200 nanómetros,  casi como el de la viruela, no es un virus  «pequeñito» como los Ortomixovirus de la gripe. «normal». Y es  «pesado», muy pesado , por los  azúcares que tiene en su capa externa. Dicen los burócratas de la OMS  que  cuando tosemos sólo llega a dos metros. Pues que lo comprueben ellos. Mi madre me dijo que las gotitas  Pflügge pueden   alcanzar 12 metros tras estornudo .  Y madre no hay mas que una. 

Estos burócratas de la OMS siempre a su rollito político. Tedros Ghebreyesu fue miltante  marxista del Frente de Liberación Popular de Tigray  antes de ser Director General OMS, alternaba el fonendo con el  kalashnikov. No eres mi tipo. Pedrito, eres político.

Me consuelo pensando que  Yersin,  Jenner, Semmelweis y Pasteur  también tuvieron detractores.

Hoy veré amanecer.

Ganaremos esta batalla. 

Para Amelia.

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