Es difícil encontrarse con la persona que eres realmente, es difícil entender que no te conocías tanto como creías hasta que pasas tanto tiempo contigo que ya no aguantas tus propios pensamientos. 
Hago tormentas en donde solo hay lloviznas, escucho las voces de mi cabeza gritar a toda fuerza haciéndome sentir como basura, me siento atrapada siendo presa de mi misma buscando una salida qué tal vez no exista.  
Las noches son más largas porque se que al amanecer todo será exactamente como el día anterior, no logró conciliar el sueño porque entre más intento dormir menos logro conseguirlo. Ya no importa lo qué pasa afuera, miles de personas muriendo, otras miles sufriendo esas perdidas y los que quedan se encuentran viviendo en pánico por una epidemia mortal, intentando mantenerse a salvo cuando yo solo pienso en lo egoísta que estoy siendo, en el dolor que yo siento por cosas tan insignificantes, en que ya no soporto escucharme pues a menudo me duele la cabeza, las manos me sudan y me tiemblan las piernas, he golpeado la pared tantas veces por la desesperación y me he ahogado tanto en alcohol que olvido por un solo instante lo que es ser yo. 
Mamá está asustada, han suspendido su quimioterapia porque los doctores dicen que es arriesgado que salga, intento estar bien por ella pero cuando mi cabeza da tantas vueltas que no puedo contenerla explotó como si fuese un volcán en erupción esparciendo lava de desesperación y rabia por todos lados; no quiero angustiarla, desde que papá nos dejo por otra mujer y otros hijos que tenia las cosas no han sido fáciles, no quiero ser más un problema para ella y aunque pensamos que esta epidemia nos haría más unidas por pasar más tiempo juntas por mi culpa ha sido todo lo contrario. Antes de esto yo casi no estaba en casa, entre la escuela, los entrenamientos y las salidas con mis amigos me mantenía estable, hoy solo me siento atrapada, siendo una carga y es que nadie aprecia la belleza de una mente perturbada. 

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