LA CUARENTENA
Cuando la causalidad
nos libere de este obligado encierro…
Cuando las manos abracen los cuerpos…
Cuando las bocas estallen a besos,
y el cielo nos inunde de luz,
creeremos
¡que todo ha sido un mal sueño!
Quizás empecemos a pensar
lo que hicimos.
Quizás comprendamos, de una vez,
que no somos eternos.
Quizás agarremos, conscientes
¡la vida!
Quizás respiremos hondo
y entremos
al camino perdido,
mirando hacia atrás.
Que, por ciegos
quizás, fuimos
cercenando lo cierto,
sin meditar en lo
profundo.
El deseo, ahora y por siempre,
¡que nos haya servido este recogimiento!
y la verdadera paz y el amor,
sean maná
¡que caiga sobre la tierra!
moviendo a lo tierno,
y así renazcan viejos
valores.
…Y broten flores,
ideas y versos;
y todos unidos,
y a un tiempo,
forjemos limpios horizontes
repletos de aciertos,
para un mundo nuevo.
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